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Fredy Yezzed

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  • Apr 8, 2021
  • 2 min read

Updated: Apr 12, 2021


Nacido en Bogotá, Colombia, en 1979 es escritor, poeta y activista de Derechos Humanos.


Después de un viaje de seis meses por Suramérica en 2008, se radicó en Buenos Aires-Argentina. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Macedonio Fernández y la Mención de Poesía en el Premio Literario Casa de las Américas (Cuba, 2017). En la actualidad, es profesor de Escritura Creativa en La otra figura del agua: clínicas y talleres literarios.



Ha publicado en poesía La sal de la locura (2010 y 2019), El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein (2012 y 2019) y Carta de las mujeres de este país (2019); y los ensayos Párrafos de aire: Primera antología del poema en prosa colombiano (2010) y La risa del ahorcado: antología poética de Henry Luque Muñoz (2015).

Libros publicados:


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JURADOS DEL PREMIO NACIONAL DE POESÍAMACEDONIO FERNÁNDEZ


La locura es un Infierno y de él solo se puede salir de la mano de la belleza. La sal de la locura es una pequeña y sórdida Divina Comedia, donde Ariel Müller, el heterónimo de Fredy Yezzed, atraviesa el Hospital Neuropsiquiátrico J. T. Borda de Buenos Aires. Bajo ese cielo de mariposas negras, es donde aparece su Beatrice, la Dra. Dalzotto, quien lo ayudará a través de la palabra a poner en orden los días y las cosas. De la mano de la mujer, dice el mito, se perdió el hombre; en este caso es ella la salvación.


JAVIER ADÚRIZ


Acaso consciente del desafío que implica internarse en el camino “más alto y más desierto”-y esta vez son de Jacobo Fijman las palabras-, Fredy Yezzed altera la escena de representación poética tradicional, jugando al límite sus recursos: desde la impecable composición que lleva a cabo de su alter-ego Ariel Müller (véase la función que cumple en este sentido la inclusión del prólogo en este libro), hasta la acertada elección de la forma del poema en prosa, permiten traducir con fidelidad los movimientos, elucubraciones, ensueños y obsesiones de una existencia atravesada por la noche más oscura del alma. Decir de ese dolor la verdad: acaso sea ese el mayor logro de La sal de la locura.


MARÍA DEL CARMEN COLOMBO


Película en blanco y negro, lirismo amordazado, desfile de letras amputadas, la suma de delirios que componen La sal de la locura dan la urdimbre de una metafísica singular, una respiración oprimida y una expresión visceral. Entre el desgarro y la belleza, el libro es un indicador de las exploraciones creativas que Yezzed pone en marcha desde su primer libro. La intensidad de La sal de la locura, no da tregua.


JORGE BOCCANERA

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